martes, 16 de enero de 2018

Italia: Soborno a las mafias libias, una forma de frenar la inmigración irregular © Ivette Durán Calderón


Leer los datos de Fortress Europe, uno de los mejores observatorios observatorios sobre el tema migratorio en Europa traducido en veintiún idiomas, permite  tomar conciencia de la incomprensible guerra silenciosa que, día a día, se combate entre las olas. Existe esperanzas pero no propuestas de solución viable.

Ivette Durán Calderón


 Campo de detención de migrantes de Fallah, cerca de Tripoli. CNN

El Mediterráneo, “el mar de en medio”, se ha convertido en una gran fosa común.

Cada día, en las dos orillas que esperan la ola, llega la noticia de un nuevo desembarco finalizado con éxito o de una tragedia anunciada.
Desde 1988 al menos han muerto 27.382 migrantes intentando derribar la muralla de Europa: 4.273 solo en 2015, más de 3.000 en 2014.
En los conflictos precedidos por declaraciones formales de guerra mueren menos soldados.
No se recupera ni siquiera la mitad de los cuerpos; yacen en los fondos marinos del canal de Sicilia, en el fondo de las aguas entre Libia y Túnez.
En las rutas aparentemente menos transitadas, más de doscientos migrantes han perdido la vida navegando desde Argelia hacia Cerdeña.
Más al oeste, 5.000 personas han muerto en sus viajes hacia España en embarcaciones precarias, desde el Sáhara occidental y desde Senegal hacia Canarias, o desde las costas marroquíes atravesando el Estrecho de Gibraltar.


Desde 1988 al menos han muerto 27.382 migrantes intentando derribar la muralla de Europa: 4.273 solo en 2015, más de 3.000 en 2014. En los conflictos precedidos por declaraciones formales de guerra mueren menos soldados

No son estos los números que se convierten en noticia en Italia; los periódicos y las televisiones, principalmente aquellas controladas por la familia Berlusconi, airean cotidianamente otras noticias, reales o inventadas:
los desembarcos en la costa siciliana, los contagios presuntamente causados por los africanos, la posible importación de delincuencia, el enorme flujo de dinero público que sería necesario para acoger a los inmigrantes...
Este despliegue mediático se centra de manera morbosa en los efectos de la migración, rozando superficialmente las causas, con un objetivo clarísimo: plantearlo como un problema y exagerarlo hasta el punto de convertirlo en alarma social, en una inquietud gobernada no por la política sino por el instinto, por la irracionalidad.
Esto es lo que ocurre en Italia, donde, según una reciente investigación del Observatorio Europeo sobre la seguridad, el 47% de los ciudadanos cree que la inmigración es una emergencia.
Así, mientras en el pasado la pìetas encontraba espacio entre los sentimientos de la gente, en los últimos meses está enraizando la indiferencia, el miedo.
Una señal distinta, captada inmediatamente por una política rapaz que no interviene sobre los fenómenos y que espera a percibir el estado de ánimo prevalente para adoptar las medidas consecuentes.
Tras la derrota de Marine Le Pen, con la que Matteo Salvini, líder de la Liga del Norte, integra en el Parlamento de Bruselas el grupo Europa de las Naciones y de la Libertad, el partido xenófobo de la Padania ha dejado de lado el tema del euroescepticismo y del referéndum contra la moneda única --por otra parte irrealizable en Italia puesto que el artículo 75 de la Constitución no consiente consultas sobre los tratados internacionales ratificados por el Estado--. Da más frutos concentrarse en la cuestión de la inmigración.
Hacía mucho tiempo, desde los años setenta --cuando las protestas juveniles de la extrema derecha y la izquierda extraparlamentaria llenaban las plazas--, que los grupos extremistas de derecha no tenían tanta influencia sobre una parte tan importante de la población.
Gritando eslóganes como “antes los italianos” o “cerremos las fronteras” intentan replicar el éxito de Amanecer Dorado en Grecia.
El Movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo, que se ha mostrado esquivo en muchos temas decisivos con el objetivo de ganarse un electorado transversal y post-ideológico, ha adoptado una nítida posición de crítica hacia las políticas de acogida de migrantes.
Los pequeños movimientos de centro, vinculados al mundo clerical, como el minipartido del ministro de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano, han dejado de lado los valores cristianos y muestran su rechazo a las propuestas de ampliación del ius solis a los inmigrantes residentes.
Incluso el Partido Democrático de Matteo Renzi corre a sumarse a la derecha en el resbaladizo terreno de la seguridad, encubre el proyecto de ley sobre la ampliación de la ciudadanía y consiente que el ministro del Interior, Marco Minniti, hombre de izquierdas, cierre tratos muy cuestionables con Libia.
Estabilizar el flujo migratorio --esa es la consigna del responsable de Interior-- reteniendo a los migrantes en África.
Poco importa si la expatriación es por motivos económicos, o si los migrantes se ven obligados a abandonar su casa por guerras o catástrofes naturales; poco cuenta la distinción entre apátridas, esclavos, solicitantes de asilo o refugiados.


Oxfam revela que el 74% de los refugiados ha presenciado asesinatos o episodios de tortura hacia compañeros de viaje, que el 84% ha padecido tratos inhumanos y que un porcentaje igual ha visto cómo le negaban comida y agua en centros de acogida libios

Es como si, de pronto, políticos de izquierda, católicos, ultranacionalistas y representantes de la “anticasta” hubiesen decidido pasar una esponja húmeda por la pizarra donde, laboriosamente, a lo largo de los años, se habían ido fijando los principios sobre los que se asientan las convenciones internacionales (Ginebra, 1951, sobre los refugiados, y Nueva York, 1954, sobre el estatuto del apátrida) que han asegurado un grado de civilización distinto y mejor.
El acoso a los migrantes es rentable: en pocas semanas, el acuerdo sellado por Interior con algunos jefes de las tribus locales libias ha dado frutos, y los desembarcos en Italia se han reducido a la mitad, según los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas sobre los refugiados.
Hemos pasado de 23.000 en julio de 2016 a menos de 11.000 en el pasado mes de agosto.
El resultado ha servido para colmar de elogios al ministro Minniti, también por parte de representantes de la derecha radical. Incluso Alessandra Mussolini, nieta del Duce y europarlamentaria de Forza Italia,el partido de Berlusconi, ha afirmado que ahora se está poniendo un dique al fenómeno migratorio, adoptando medidas que solo un gobierno de derechas hubiera podido adoptar.
Interesan mucho menos los datos sobre la violencia hacia los subsaharianos retenidos en tierras libias.
Desde 2006, Human Rights Watch acusa a Trípoli de detenciones arbitrarias y de tortura en los centros de detención para extranjeros, algunos de ellos  financiados por Italia.
Un informe reciente de la organización humanitaria Oxfam revela que el 74% de los refugiados ha presenciado asesinatos o episodios de tortura hacia compañeros de viaje, que el 84% ha padecido tratos inhumanos y degradantes y que un porcentaje igual ha visto cómo le negaban comida y agua durante la estancia en centros de acogida libios.
Los únicos que rompen el silencio de la política son exponentes de la sociedad civil. Gino Strada, médico e histórico creador de Emergency, una asociación humanitaria que gestiona hospitales en áreas de conflictos, ha definido a Minniti como un “poli” que declara la guerra a los pobres sobornando a unos cabecillas.
Strada ha querido distanciarse de aquellos que tiran al mar o devuelven a niños, mujeres embarazadas y pobres a centros que infligen tratos inhumanos.
Médicos Sin Fronteras ha denunciado que el tráfico de migrantes en Libia se ha convertido en un negocio, igual que la extracción de gas y de petróleo.
La sospecha es que aquellos que hoy están frenando a los migrantes son los mismos que ayer favorecían el tráfico, sirviéndose del plan Minniti, que amenaza con institucionalizar a traficantes, clanes mafiosos y corruptos.
De hecho, ya está pasando: varias investigaciones judiciales han revelado que una parte considerable de los fondos para la acogida se han desviado hacia cooperativas conectadas con la mafia o hacia grupos de poder corruptos.
Libia e Italia parecen unidas, además de por razones históricas, por el negocio de los migrantes, de los desesperados, de los refugiados y por el nombre del dios dinero.
Resuenan en el aire las palabras de Benito Mussolini, que, en 1934, en pleno éxtasis colonialista, definió a los libios como “musulmanes italianos de la cuarta orilla de Italia”.


Suiza: El índice de inmigración disminuye en espera de las nuevas disposiciones migratorias anunciadas en noviembre de 2017 © Ivette Durán Calderón



De acuerdo al comunicado emitido por el gobierno helvético, el colectivo inmigrante en Suiza disminuyó el 2017 por cuarto año consecutivo, al punto de ser un 12 % inferior a la del año precedente. Se colige que el saldo migratorio de 2017 se equipara al de 2002, cuando entró en vigor el acuerdo sobre la libre circulación de personas entre Suiza y la Unión Europea (UE).
El Gobierno de Suiza propuso el pasado mes de noviembre/2017, un proyecto de ley para limitar la inmigración, aunque ha expresado su voluntad de diálogo con la Unión Europea para evitar la violación del principio de libre movimiento de sus tratados bilaterales.
Los extranjeros y extranjeras pueden inmigrar a Suiza bien sea como asalariados o mano de obra, o bien sea en el cuadro de un reagrupamiento familiar. Tiene además la posibilidad de establecerse en Suiza por razones de estudios o de formación.
En todos los casos de figura, la inmigración se encuentra regulada por la Ley sobre los extranjeros. Las prescripciones legales dependen del origen de los inmigrados. Aquellos provenientes de la UE y de la AELE no se encuentran sometidos a las mismas reglamentaciones que las personas que vienen del Tercer Mundo.

Ivette Durán Calderón



La inmigración a Suiza retrocedió en 2017 por cuarto año consecutivo

En concreto, Suiza contaba en 2017 con 2.053.589 extranjeros residentes permanentes y, de ellos, casi el 70 % provenían de los Estados miembros de la UE o de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), formada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y el propio país alpino.
El saldo neto de la inmigración en Suiza en 2017 fue un 11,7 % menor que el de 2016.
Durante el año pasado inmigraron a Suiza 137.803 extranjeros, un 4 % menos que el ejercicio anterior, pero emigraron 79.104 personas, lo que representa un aumento del 2 %.
La inmigración neta de países que se benefician de la libre circulación (UE y AELC) descendió en más de un 20 % en comparación con 2016 (30.799 personas).
A finales de diciembre pasado vivían 1.405.771 ciudadanos comunitarios o de la AELC y 647.818 personas de países terceros en Suiza.
Los italianos fueron el grupo de extranjeros más importante en Suiza (319.367 personas), seguidos de los alemanes (305.785) y de los portugueses (268.012).
Fueron los inmigrantes franceses que más han aumentado (en 4.212 personas) en tanto que el grupo de los portugueses fue el que más retrocedió (1.509 personas menos).
Al igual que en años anteriores, el trabajo fue en el 47 % de los casos el principal motivo de la inmigración, seguida del reagrupamiento familiar (31 %).




Curiosidades de la inmigración, los colores de los pasaportes. ¿Cuántos son y qué significan? © Ivette Durán Calderón


Cada ciudadano se acostumbra y automatiza al manejar su documento de identidad que además le sirve como principal instrumento de viaje.
Un pasaporte, es el documento que acredita la identidad y la nacionalidad de una persona, constituyéndose imprescindible para viajar fuera de sus límites patrios.
Asimismo, un pasaporte es aquel aval, camino o garantía que sirve para identificar y conducir al éxito a alguien o algo.
Poco o nada sabemos de los pasaportes de otros países, los hemos visto muchas veces, y simplemente deducimos que es diferente. Aprendamos a diferenciarlos.

Ivette Durán Calderón



Cuatro son los colores de pasaportes en el mundo, cada país tiene sus razones fundamentadas para elegir el color en sus coberturas.

Estos son los colores y el porqué de ellos:

Rojo


Este es el color más común. Pasaportes con cobertura roja son escogidos por países con sistemas comunistas históricos o actuales. Eslovenia, China, Serbia, Rusia, Polonia y Rumania tienen pasaportes rojos. Países miembros de la Unión Europea, a excepción de Croacia, también tienen pasaportes borgoña y otros tonos de rojo. Países interesados en unirse a la Unión Europea como Turquía, Macedonia y Albania, cambiaron su pasaporte a rojo hace algunos años. La comunidad andina de naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) también tienen pasaportes borgoña.


Azul


El color azul simboliza “el nuevo mundo.  Quince países del Caribe tienen pasaporte azul. En el bloque de países sudamericanos, el pasaporte azul simboliza la conexión con Mercosur, que incluye a Brasil, Argentina, Paraguay y Venezuela. El pasaporte de los ciudadanos Estadounidenses cambió a azul en 1976.


Verde


La mayoría de los países musulmanes tienen pasaporte vede. Por ejemplo Marruecos, Arabia Saudita y Pakistán. El verde es considero como el color favorito del profeta Muhammad, y es un símbolo de naturaleza y vida. Los ciudadanos de varios países africanos como Nigeria, tienen su pasaporte con distintos tonos de verde. En este caso significa que pertenecen a la Comunidad Económica de los Estados del Oeste de África, ECOWAS por sus siglas en inglés.


Negro



Este es el pasaporte más extraño. Puede ser encontrado entre ciudadanos de países africanos como Botsuana, Zambia, Angola, Congo, Malawi, entre otros. Los ciudadanos de Nueva Zelanda también tienen pasaporte negro porque es el color nacional.



En este mapa se puede observar el color del pasaporte de acuerdo al país.




Países con mayor número de Inmigrantes y emigrantes © Ivette Durán Calderón


Si bien el 2015 finalizó con un revelador informe que decía que casi tres personas por cada 100 habitantes nacieron en un país distinto al de su origen.
En un recuento global, sabemos que en total, en el mundo hay 244 millones de inmigrantes (41 por ciento más que en 2000). Según los datos del último International Migration Report de Naciones Unidas (del año 2015), los inmigrantes llegan en su mayoría de India (16 millones), México (12 millones), Rusia (11 millones) y China (10 millones).
Estas cifras han sido actualizadas hasta febrero de 2017. Los diferentes cambios sociales, políticos y religiosos influyen de manera radical en el aspecto migratorio, la densidad poblacional de los países es fluctuante tanto por la emigración, como por la inmigración.

Ivette Durán Calderón



Los 10 países con más inmigrantes y emigrantes del mundo




Siria, con 5 millones de personas emigradas, está en el noveno lugar de la lista. El dato es llamativo porque a diferencia de los países que la adelantan -que en su mayoría tienen cientos de millones de habitantes- el país de Medio Oriente, que sufrió una gran emigración de ciudadanos tras el el comienzo de la guerra civil en 2011, cuenta con sólo 22 millones de habitantes. Es decir: casi el 25 por ciento de su población reside en el exterior.
Entre los destinos favoritos Estados Unidos encabeza por lejos el primer lugar: 46,6 millones de personas de otros países viven allí. Seguido de Alemania (12 millones) y Rusia (11,6 millones), respectivamente. En esta lista aparece España, en el décimo puesto, con 5,9 millones de personas.







Entre los continentes, Europa es el que tiene el mayor número de inmigrantes residentes (76 millones, contra los 56 millones del año 2000).

Europa: Países que mejor pagan a los inmigrantes que retornan a casa. © Ivette Durán Calderón


España, Reino Unido, Suecia y Alemania encabezan la lista de países europeos que pagan más a los inmigrantes para retornar a sus países de origen
Alemania provocó elogios y rechazo debido a que a los solicitantes de asilo que han sido rechazados, les paga hasta € 1,000 ($ 1226) por persona y € 3,000 para familias. Un informe reveló que Suecia, que ofrece hasta € 3050 en efectivo por individuo y a familias € 7620, encabezaba los países europeos que pagan más a los inmigrantes.
Ivette Durán Calderón


Lista de los países europeos que pagan más a los migrantes

España y el Reino Unido se unen en segundo lugar.
Ambos ofrecieron a los inmigrantes un pago en efectivo de 2.000 €.
Finlandia ocupaba el tercer lugar, ofreciendo a los inmigrantes individuales € 1.500.
Estos pagos en efectivo están lejos de ser estáticos. En 2016, Francia aumentó temporalmente la cantidad de efectivo que le da a los inmigrantes de 650 a 2.500 euros.
Los países de Europa del Este ofrecieron una de las cantidades más pequeñas de pagos en efectivo.
Entre ellos se cuentan Eslovaquia, Bulgaria, Letonia y Rumania.
Pero Portugal ofreció solo ofreció “50 dólares de bolsillo para cubrir cualquier otro gasto relacionado con el viaje”.
Y otros miembros de la UE, como la República Checa, que no ofrecieron pagos en efectivo en absoluto.
Sin embargo, incluso aquellos que no ofrecían pagos en efectivo a menudo aún proporcionaban algún tipo de asistencia.
La asistencia abarcó desde atención médica, alojamiento, una subvención o préstamo para comenzar un negocio.
En Alemania, a los inmigrantes que volvieron voluntariamente a su país de origen se les ofreció vivienda subsidiada durante un año.
Asimismo, ayudas para pagar el alquiler, renovar el hogar u obtener equipamiento para una cocina o un baño.
El año pasado, la Comisión Europea advirtió que las disparidades en lo que se ofrece a los inmigrantes para regresar a casa les tentará a los inmigrantes a buscar el mejor trato.
La Comisión pidió que los pagos en efectivo y la asistencia en especie sean consistentes en todo el bloque.



Europa: 3.000 inmigrantes se ahogaron en el Mediterráneo, es el cuarto año consecutivo © Ivette Durán Calderón



De acuerdo al informe emitido cerrando el año 2017,  por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), fue el cuarto año consecutivo en el que  se han registrados más de 3.000 refugiados y migrantes ahogados en el Mediterráneo.  
En la conferencia de prensa ofrecida por William Lacy Swing, Director General de la OIM, manifestó que “Ya no basta con contar estas trágicas estadísticas. También debemos actuar “.
Ivette Durán Calderón



Para muchas de las personas más desesperadas del mundo, Europa parece ser la mejor esperanza para la seguridad.
Llegar allí, sin embargo, puede ser una apuesta de vida o muerte, especialmente si esa ruta pasa por el Mar Mediterráneo.
El canal de agua que una vez fue visto como una escapada paradisíaca ahora es una bahía de cuerpos.
Este año, la 3.000 muerte se alcanzó el 26 de noviembre, en comparación con el 20 de julio de 2016.
Desde que un naufragio en octubre de 2013 mató a más de 360 ​​personas, el número total de migrantes ahogados en el Mediterráneo ha superado las 15,000.
Por lo tanto,  representa más de la mitad de todas las muertes de migrantes y refugiados durante este tiempo.
Algunas de estas historias, incluida la muerte del niño sirio Aylan Kurdi, han provocado empatía global.
Pero la mayoría de la gente, sin embargo, pasó con poca fanfarria.
La OIM honró a quienes murieron este año al pedir una acción mundial.
 “Estas últimas noticias, después de todo lo que hemos aprendido de los mercados abiertos de esclavos en Libia, las privaciones que vemos de los traficantes en ruta hacia la costa mediterránea, y las difíciles condiciones de los centros de detención libios, todos demandan nuestra atención” dijo.
Los migrantes y refugiados a menudo recurren al mar Mediterráneo como último recurso en su viaje a Europa.
Aquí, las personas buscan seguridad física y oportunidad económica, según el ACNUR, la agencia de refugiados de la ONU.
En general, el número de refugiados y migrantes que viajan a través del Mediterráneo ha disminuido en 2017.
Más de 1 millón de personas cruzaron el mar en 2016, en comparación con 216,000 este año, según el ACNUR.
No es que haya menos inmigrantes y refugiados desesperados por ayuda en el mundo. Se debe en gran medida a a los esfuerzos de la UE para impedir el paso por el Mediterráneo.
Muchas de las personas que tenían la intención de hacer el viaje ahora están atrapadas en Libia, donde hay un creciente mercado de esclavos.
Otros están varados en campos de refugiados o en países con pocas oportunidades.
Actualmente hay 65,6 millones de desplazados en el mundo, la cantidad más alta registrada en la historia.

Fuente: Mudo 16-01/12/17/https://www.cambio16.com/mundo/migrantes-ahogados-en-el-mediterraneo-2017/

lunes, 15 de enero de 2018

Francia: Nueva Ley de Inmigración limitará la llegada de inmigrantes por motivos económicos y se centrará en los refugiados.

El país espera expectante la explicación que brindará el presidente Macron en el transcurso de los próximos días. Una de las controvertidas apuestas es la limitación de ingreso y regularización de los inmigrantes por motivos económicos con la finalidad paralela de acoger a los refugiados y solicitantes de asilo.
Ivette Durán Calderón



Francia limitará la inmigración y se centrará en los refugiados

Así lo ha ratificado el ministro del Interior de Francia, Gérard Collomb, adelantó que se abrirán 1.300 nuevos Centros de Acogida.
Y con ellos, avisó que la nueva ley de inmigración limitará la llegada de inmigrantes por motivos económicos.
“Francia debe acoger a los refugiados, pero no puede acoger a todos los inmigrantes económicos”, sentenció.
“Es imposible acoger dignamente a 185.000 personas al año”, agregó en entrevista a un medio francés.
Según datos de Collomb, en 2017, 100.000 personas han presentado una demanda de asilo y otras 85.000 han intentado entrar, pero no han sido admitidas.
Durante 2015 y 2016, Francia registró una baja tasa de aceptación en la demanda de asilo.
La tasa refleja un refugiado por cada 1.340 habitantes, comparado con países como Alemania (uno cada 141) o Suecia (uno cada 101).
Según el Gobierno, esta nueva ley sobre inmigración busca acoger mejor a los solicitantes de asilo.
No obstante, ha recibido críticas de organizaciones humanitarias por su cariz restrictivo.

El problema francés de los refugiados
Los miles de demandantes de asilo e inmigrantes que duermen al raso en París y en Calais (norte), y las denuncias de violencia policial contra el colectivo son dos de los principales problemas que afronta el Ejecutivo galo.
En un comunicado, Collomb contó que para atajar esta situación seguirá apostando por un nuevo tipo de establecimiento, los CAES, que permiten una “solución de acogida acompañada de un examen rápido de su situación administrativa”, en contraste con los antiguos CAO (Centro de Acogida y Orientación).
El titular de interior detalló que se ampliará la red de 80.000 plazas de acogida en Francia.
“Habrá 7.500 plazas suplementarias en 2018 y 2019”, señaló Collomb.
Precisó que en Calais 400 personas han accedidoal dispositivo CAES y en París 2.800 desde el octubre de 2017.
El propio presidente Macron explicará sus planes el próximo martes en una visita al puerto de Calais.

Fuente: Cambio 16/14/01/18- https://www.cambio16.com/mundo/francia-limitara-la-inmigracion/