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miércoles, 17 de enero de 2018

Francia: Marine Le Pen y los irrespetuosos inmigrantes © Ivette Durán Calderón


En medio de un controvertido enfrentamiento entre agrupaciones feministas y personalidades femeninas  que debaten entre el acoso y la “libertad de los hombre a importunar”, salió a la palestra la presidenta de FN (partido ultraderechista francés Unión Nacional),
La polémica fue abierta ante las críticas que recibe  la tribuna en defensa de la “libertad de importunar” de los hombres, firmada entre otras mujeres por la actriz Catherine Deneuve, las firmantes aseguran defender “una libertad de importunar, indispensable a la libertad sexual” y denunciaron un regreso del “puritanismo”.  Párrafos sobresalientes señalan:
“La violación es un crimen. Pero cortejar de forma insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista”, escribieron un centenar de intérpretes -entre ellas Deneuve-, escritoras, investigadoras y periodistas.”
Al respecto, Le Pen dijo que los autores del acoso en la calle son “en su inmensa mayoría ciudadanos inmigrantes que importan una cultura de no respeto a las mujeres, de sumisión e incluso, por parte de muchos, de desprecio a las francesas”
Ivette Durán Calderón




Achaca Le Pen el acoso sexual callejero a la inmigración

La presidenta del partido ultraderechista Frente Nacional atribuyó el problema a inmigrantes que, a su juicio, llevaron a Francia una cultura irrespetuosa con las mujeres
a presidenta del partido ultraderechista francés Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, atribuyó este lunes el acoso sexual en las calles a inmigrantes que, a su juicio, llevaron a Francia una cultura irrespetuosa con las mujeres.

(Los autores del acoso en la calle son) en su inmensa mayoría ciudadanos inmigrantes que importan una cultura de no respeto a las mujeres, de sumisión e incluso, por parte de muchos, de desprecio a las francesas", dijo Le Pen en su comparecencia ante la prensa para presentar sus planes para este nuevo año.
En plena polémica en Francia sobre los límites de la seducción y del acoso, que ha enfrentado a un grupo de feministas con un centenar de personalidades femeninas del mundo de la cultura que defienden "la libertad de los hombres a importunar", Le Pen evitó decantarse por uno u otro bando y subrayó que ambos tienen parte de razón.
El acoso es una realidad sobre todo cuando proviene de parte de gente con poder, principalmente jerárquico, pero le corresponde a la justicia ocuparse de eso", destacó la líder ultraderechista, opuesta a los juicios mediáticos que dejan sin condena a los culpables.



martes, 16 de enero de 2018

España: Del territorio bangladesí al éxodo venezolano: El nuevo mapa de la inmigración en Madrid. © Ivette Durán Calderón


De un tiempo a esta parte, en España ya no llama la atención cruzarse con nuevos vecinos. Sin embargo hay comunidades autónomas que van destacando por ser receptor de un nuevo éxodo incontrolable de inmigrantes. Por el país de procedencia se presume que son benefactores de refugio y/o asilo, tal es el caso de Venezuela. Sin embargo no se debe descartar la posibilidad de que exista un aumento de inmigrantes irregulares pues muchos logran ingresar a territorio español en calidad de turistas, pasando luego de los consabidos tres meses, a conformar la lista de irregulares o mal llamados indocumentados o ilegales.
El ayuntamiento madrileño ofrece datos específicos y actualizados desde 2012 a 2017, por tanto, son confiables siempre y cuando se hable de inmigrantes empadronados o con registro consular.
Aunque el colectivo ecuatoriano va disminuyendo año tras año, continúa encabezando la lista de los más numerosos.  Proporcionalmente se va incrementando el colectivo hondureño. Con relación a los bangladesíes, son inmigrantes congregados en una sola zona, Embajadores del sector central madrileño.
Ivette Durán Calderón



El periodista Luis Cano de ABC Madrid,  nos ofrece un interesante análisis que permite hacer una objetiva comparación:

El nuevo mapa de la inmigración en Madrid: del territorio bangladesí al éxodo venezolano

Los filipinos se están agrupando en Tetuán, mientras que los dominicanos dejan de concentrarse en ese distrito


En los últimos cinco años ha cambiado el mapa de la inmigración en Madrid capital. El número de personas de origen extranjero se mantiene estable, pero el peso de cada nacionalidad está cambiando. Las mayoritarias se mantienen, pero en menor medida, y otras crecen con fuerza, según los datos demográficos del Ayuntamiento.
1.- La comunidad de extranjeros que más ha crecido en Madrid en los últimos cinco años es la venezolana. Desde 2012 se ha duplicado. Ya son más de 35.000. Ahora son el sexto país de origen más frecuente en la capital.
2.- Los venezolanos ya son la comunidad más numerosa en los distritos de Retiro, Salamanca, Chamartín, Hortaleza, Fuencarral-El Pardo y Barajas. Los barrios donde abundan más son Valdefuentes (Hortaleza) y el fronterizo Valverde (Fuencarral-El Pardo). Allí residen la décima parte de los venezolanos de la capital. También son mayoría en cinco de los seis los barrios del distrito de Salamanca.



-La comunidad más numerosa sigue siendo la ecuatoriana, pero también es de las que más ha menguado en los últimos cinco años. Ha perdido una quinta parte de sus nacionales, unas 20.000 personas menos. Aun así, son, con diferencia, el país de origen extranjero más frecuente en la capital, con 87.000 vecinos.

-Muy lejos de Ecuador queda el segundo país de origen más frecuente, Perú, con 52.000 compatriotas, 3.000 menos que hace cinco años. El barrio donde residen más peruanos es Pueblo Nuevo (Ciudad Lineal). En ese mismo barrio es donde hay más residentes ecuatorianos y colombianos, la tercera nacionalidad más numerosa de la capital, con 46.500, prácticamente el mismo número que hace cinco años.

-Los rumanos son, junto con búlgaros y polacos, la comunidad que más ha descendido proporcionalmente en este tiempo. Son un 25% menos, 40.000 en total. Ya solo son mayoría en el distrito de Vicálvaro.



-La comunidad que más ha aumentado proporcionalmente es la hondureña. Se ha triplicado hasta superar los 12.000. Residen principalmente en el eje Aluche (Latina), Vista Alegre y Puerta Bonita (Carabanchel).

-La mitad de los 5.000 bangladesíes de la capital residen en el barrio de Embajadores (Centro). Es la comunidad más agrupada en una sola zona. Hace cinco años estaban aún más concentrados: dos de cada tres vivían en ese barrio. Esa concentración hace que sean la nacionalidad más numerosa de todo Centro, que es, a su vez, el distrito con mayor porcentaje de población inmigrante, el 30%.

-Otra comunidad con un fuerte agrupamiento son los chinos en el distrito de Usera. A diferencia de los bangladesíes, esta concentración va a más. Si antes había 5.600 chinos residiendo allí, ahora superan los 7.300. Si hace cinco años la quinta parte de los chinos en la capital vivían en Usera, ahora esa porción ha crecido hasta rozar la cuarta parte. En este tiempo, es, después de venezolanos y hondureños, la comunidad que más ha crecido en la capital.

-Los filipinos son la comunidad cuyo crecimiento se ha producido de manera más desigual en la ciudad en los últimos cinco años. Dos terceras partes de los nuevos vecinos se han instalado en el distrito de Tetuán. Aún así, con algo de más de 5.000 compatriotas, no son todavía la mayor comunidad del distrito. Están por detrás de los dominicanos, que, aunque han aumentado en Tetuán, lo han hecho en mayor medida en Puente de Vallecas, Carabanchel, Ciudad Lineal, Usera, Villaverde y San Blas-Canillejas. Los dominicanos son la cuarta comunidad que más ha crecido en este lustro en la capital, y ya son la cuarta más numerosa.

-El porcentaje de inmigrantes en la capital se ha mantenido estable en estos cinco años. Siguen siendo el 20% de los madrileños, 657.000 personas, tan solo 7.000 menos que en 2012.

-El barrio con mayor porcentaje de población inmigrante sigue siendo San Cristóbal (Villaverde). El 48% son de origen extranjero, principalmente ecuatorianos, dominicanos y marroquíes. Le sigue Pradolongo (Usera), con el 42% de los vecinos de origen extranjero, con chinos, bolivianos y ecuatorianos como principales nacionalidades. Pradolongo es el barrio donde más ha aumentado el porcentaje de población extranjera, fundamentalmente por la llegada de chinos. Dos de cada tres nuevos vecinos allí es de origen chino.

-También hay barrios donde la comunidad extranjera mayoritaria procede de potencias económicas mundiales. Estados Unidos es el país de origen más frecuente en los barrios de Los Jerónimos (Retiro) y Pavones (Moratalaz). Es la sexta nacionalidad que más ha crecido el último lustro, más de dos mil nuevos ciudadanos, hasta superar los nueve mil. Los franceses son mayoría en Atalaya (Ciudad Lineal), Palomas y Piovera (Hortaleza).


Fuente: Luis Cano/ http://www.abc.es/espana/madrid/abci-nuevo-mapa-inmigracion-madrid-gueto-bangladesi-exodo-venezolano-201801160121_noticia.html

Italia: Soborno a las mafias libias, una forma de frenar la inmigración irregular © Ivette Durán Calderón


Leer los datos de Fortress Europe, uno de los mejores observatorios observatorios sobre el tema migratorio en Europa traducido en veintiún idiomas, permite  tomar conciencia de la incomprensible guerra silenciosa que, día a día, se combate entre las olas. Existe esperanzas pero no propuestas de solución viable.

Ivette Durán Calderón


 Campo de detención de migrantes de Fallah, cerca de Tripoli. CNN

El Mediterráneo, “el mar de en medio”, se ha convertido en una gran fosa común.

Cada día, en las dos orillas que esperan la ola, llega la noticia de un nuevo desembarco finalizado con éxito o de una tragedia anunciada.
Desde 1988 al menos han muerto 27.382 migrantes intentando derribar la muralla de Europa: 4.273 solo en 2015, más de 3.000 en 2014.
En los conflictos precedidos por declaraciones formales de guerra mueren menos soldados.
No se recupera ni siquiera la mitad de los cuerpos; yacen en los fondos marinos del canal de Sicilia, en el fondo de las aguas entre Libia y Túnez.
En las rutas aparentemente menos transitadas, más de doscientos migrantes han perdido la vida navegando desde Argelia hacia Cerdeña.
Más al oeste, 5.000 personas han muerto en sus viajes hacia España en embarcaciones precarias, desde el Sáhara occidental y desde Senegal hacia Canarias, o desde las costas marroquíes atravesando el Estrecho de Gibraltar.


Desde 1988 al menos han muerto 27.382 migrantes intentando derribar la muralla de Europa: 4.273 solo en 2015, más de 3.000 en 2014. En los conflictos precedidos por declaraciones formales de guerra mueren menos soldados

No son estos los números que se convierten en noticia en Italia; los periódicos y las televisiones, principalmente aquellas controladas por la familia Berlusconi, airean cotidianamente otras noticias, reales o inventadas:
los desembarcos en la costa siciliana, los contagios presuntamente causados por los africanos, la posible importación de delincuencia, el enorme flujo de dinero público que sería necesario para acoger a los inmigrantes...
Este despliegue mediático se centra de manera morbosa en los efectos de la migración, rozando superficialmente las causas, con un objetivo clarísimo: plantearlo como un problema y exagerarlo hasta el punto de convertirlo en alarma social, en una inquietud gobernada no por la política sino por el instinto, por la irracionalidad.
Esto es lo que ocurre en Italia, donde, según una reciente investigación del Observatorio Europeo sobre la seguridad, el 47% de los ciudadanos cree que la inmigración es una emergencia.
Así, mientras en el pasado la pìetas encontraba espacio entre los sentimientos de la gente, en los últimos meses está enraizando la indiferencia, el miedo.
Una señal distinta, captada inmediatamente por una política rapaz que no interviene sobre los fenómenos y que espera a percibir el estado de ánimo prevalente para adoptar las medidas consecuentes.
Tras la derrota de Marine Le Pen, con la que Matteo Salvini, líder de la Liga del Norte, integra en el Parlamento de Bruselas el grupo Europa de las Naciones y de la Libertad, el partido xenófobo de la Padania ha dejado de lado el tema del euroescepticismo y del referéndum contra la moneda única --por otra parte irrealizable en Italia puesto que el artículo 75 de la Constitución no consiente consultas sobre los tratados internacionales ratificados por el Estado--. Da más frutos concentrarse en la cuestión de la inmigración.
Hacía mucho tiempo, desde los años setenta --cuando las protestas juveniles de la extrema derecha y la izquierda extraparlamentaria llenaban las plazas--, que los grupos extremistas de derecha no tenían tanta influencia sobre una parte tan importante de la población.
Gritando eslóganes como “antes los italianos” o “cerremos las fronteras” intentan replicar el éxito de Amanecer Dorado en Grecia.
El Movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo, que se ha mostrado esquivo en muchos temas decisivos con el objetivo de ganarse un electorado transversal y post-ideológico, ha adoptado una nítida posición de crítica hacia las políticas de acogida de migrantes.
Los pequeños movimientos de centro, vinculados al mundo clerical, como el minipartido del ministro de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano, han dejado de lado los valores cristianos y muestran su rechazo a las propuestas de ampliación del ius solis a los inmigrantes residentes.
Incluso el Partido Democrático de Matteo Renzi corre a sumarse a la derecha en el resbaladizo terreno de la seguridad, encubre el proyecto de ley sobre la ampliación de la ciudadanía y consiente que el ministro del Interior, Marco Minniti, hombre de izquierdas, cierre tratos muy cuestionables con Libia.
Estabilizar el flujo migratorio --esa es la consigna del responsable de Interior-- reteniendo a los migrantes en África.
Poco importa si la expatriación es por motivos económicos, o si los migrantes se ven obligados a abandonar su casa por guerras o catástrofes naturales; poco cuenta la distinción entre apátridas, esclavos, solicitantes de asilo o refugiados.


Oxfam revela que el 74% de los refugiados ha presenciado asesinatos o episodios de tortura hacia compañeros de viaje, que el 84% ha padecido tratos inhumanos y que un porcentaje igual ha visto cómo le negaban comida y agua en centros de acogida libios

Es como si, de pronto, políticos de izquierda, católicos, ultranacionalistas y representantes de la “anticasta” hubiesen decidido pasar una esponja húmeda por la pizarra donde, laboriosamente, a lo largo de los años, se habían ido fijando los principios sobre los que se asientan las convenciones internacionales (Ginebra, 1951, sobre los refugiados, y Nueva York, 1954, sobre el estatuto del apátrida) que han asegurado un grado de civilización distinto y mejor.
El acoso a los migrantes es rentable: en pocas semanas, el acuerdo sellado por Interior con algunos jefes de las tribus locales libias ha dado frutos, y los desembarcos en Italia se han reducido a la mitad, según los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas sobre los refugiados.
Hemos pasado de 23.000 en julio de 2016 a menos de 11.000 en el pasado mes de agosto.
El resultado ha servido para colmar de elogios al ministro Minniti, también por parte de representantes de la derecha radical. Incluso Alessandra Mussolini, nieta del Duce y europarlamentaria de Forza Italia,el partido de Berlusconi, ha afirmado que ahora se está poniendo un dique al fenómeno migratorio, adoptando medidas que solo un gobierno de derechas hubiera podido adoptar.
Interesan mucho menos los datos sobre la violencia hacia los subsaharianos retenidos en tierras libias.
Desde 2006, Human Rights Watch acusa a Trípoli de detenciones arbitrarias y de tortura en los centros de detención para extranjeros, algunos de ellos  financiados por Italia.
Un informe reciente de la organización humanitaria Oxfam revela que el 74% de los refugiados ha presenciado asesinatos o episodios de tortura hacia compañeros de viaje, que el 84% ha padecido tratos inhumanos y degradantes y que un porcentaje igual ha visto cómo le negaban comida y agua durante la estancia en centros de acogida libios.
Los únicos que rompen el silencio de la política son exponentes de la sociedad civil. Gino Strada, médico e histórico creador de Emergency, una asociación humanitaria que gestiona hospitales en áreas de conflictos, ha definido a Minniti como un “poli” que declara la guerra a los pobres sobornando a unos cabecillas.
Strada ha querido distanciarse de aquellos que tiran al mar o devuelven a niños, mujeres embarazadas y pobres a centros que infligen tratos inhumanos.
Médicos Sin Fronteras ha denunciado que el tráfico de migrantes en Libia se ha convertido en un negocio, igual que la extracción de gas y de petróleo.
La sospecha es que aquellos que hoy están frenando a los migrantes son los mismos que ayer favorecían el tráfico, sirviéndose del plan Minniti, que amenaza con institucionalizar a traficantes, clanes mafiosos y corruptos.
De hecho, ya está pasando: varias investigaciones judiciales han revelado que una parte considerable de los fondos para la acogida se han desviado hacia cooperativas conectadas con la mafia o hacia grupos de poder corruptos.
Libia e Italia parecen unidas, además de por razones históricas, por el negocio de los migrantes, de los desesperados, de los refugiados y por el nombre del dios dinero.
Resuenan en el aire las palabras de Benito Mussolini, que, en 1934, en pleno éxtasis colonialista, definió a los libios como “musulmanes italianos de la cuarta orilla de Italia”.


Suiza: El índice de inmigración disminuye en espera de las nuevas disposiciones migratorias anunciadas en noviembre de 2017 © Ivette Durán Calderón



De acuerdo al comunicado emitido por el gobierno helvético, el colectivo inmigrante en Suiza disminuyó el 2017 por cuarto año consecutivo, al punto de ser un 12 % inferior a la del año precedente. Se colige que el saldo migratorio de 2017 se equipara al de 2002, cuando entró en vigor el acuerdo sobre la libre circulación de personas entre Suiza y la Unión Europea (UE).
El Gobierno de Suiza propuso el pasado mes de noviembre/2017, un proyecto de ley para limitar la inmigración, aunque ha expresado su voluntad de diálogo con la Unión Europea para evitar la violación del principio de libre movimiento de sus tratados bilaterales.
Los extranjeros y extranjeras pueden inmigrar a Suiza bien sea como asalariados o mano de obra, o bien sea en el cuadro de un reagrupamiento familiar. Tiene además la posibilidad de establecerse en Suiza por razones de estudios o de formación.
En todos los casos de figura, la inmigración se encuentra regulada por la Ley sobre los extranjeros. Las prescripciones legales dependen del origen de los inmigrados. Aquellos provenientes de la UE y de la AELE no se encuentran sometidos a las mismas reglamentaciones que las personas que vienen del Tercer Mundo.

Ivette Durán Calderón



La inmigración a Suiza retrocedió en 2017 por cuarto año consecutivo

En concreto, Suiza contaba en 2017 con 2.053.589 extranjeros residentes permanentes y, de ellos, casi el 70 % provenían de los Estados miembros de la UE o de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), formada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y el propio país alpino.
El saldo neto de la inmigración en Suiza en 2017 fue un 11,7 % menor que el de 2016.
Durante el año pasado inmigraron a Suiza 137.803 extranjeros, un 4 % menos que el ejercicio anterior, pero emigraron 79.104 personas, lo que representa un aumento del 2 %.
La inmigración neta de países que se benefician de la libre circulación (UE y AELC) descendió en más de un 20 % en comparación con 2016 (30.799 personas).
A finales de diciembre pasado vivían 1.405.771 ciudadanos comunitarios o de la AELC y 647.818 personas de países terceros en Suiza.
Los italianos fueron el grupo de extranjeros más importante en Suiza (319.367 personas), seguidos de los alemanes (305.785) y de los portugueses (268.012).
Fueron los inmigrantes franceses que más han aumentado (en 4.212 personas) en tanto que el grupo de los portugueses fue el que más retrocedió (1.509 personas menos).
Al igual que en años anteriores, el trabajo fue en el 47 % de los casos el principal motivo de la inmigración, seguida del reagrupamiento familiar (31 %).




Países con mayor número de Inmigrantes y emigrantes © Ivette Durán Calderón


Si bien el 2015 finalizó con un revelador informe que decía que casi tres personas por cada 100 habitantes nacieron en un país distinto al de su origen.
En un recuento global, sabemos que en total, en el mundo hay 244 millones de inmigrantes (41 por ciento más que en 2000). Según los datos del último International Migration Report de Naciones Unidas (del año 2015), los inmigrantes llegan en su mayoría de India (16 millones), México (12 millones), Rusia (11 millones) y China (10 millones).
Estas cifras han sido actualizadas hasta febrero de 2017. Los diferentes cambios sociales, políticos y religiosos influyen de manera radical en el aspecto migratorio, la densidad poblacional de los países es fluctuante tanto por la emigración, como por la inmigración.

Ivette Durán Calderón



Los 10 países con más inmigrantes y emigrantes del mundo




Siria, con 5 millones de personas emigradas, está en el noveno lugar de la lista. El dato es llamativo porque a diferencia de los países que la adelantan -que en su mayoría tienen cientos de millones de habitantes- el país de Medio Oriente, que sufrió una gran emigración de ciudadanos tras el el comienzo de la guerra civil en 2011, cuenta con sólo 22 millones de habitantes. Es decir: casi el 25 por ciento de su población reside en el exterior.
Entre los destinos favoritos Estados Unidos encabeza por lejos el primer lugar: 46,6 millones de personas de otros países viven allí. Seguido de Alemania (12 millones) y Rusia (11,6 millones), respectivamente. En esta lista aparece España, en el décimo puesto, con 5,9 millones de personas.







Entre los continentes, Europa es el que tiene el mayor número de inmigrantes residentes (76 millones, contra los 56 millones del año 2000).

lunes, 15 de enero de 2018

Francia: Nueva Ley de Inmigración limitará la llegada de inmigrantes por motivos económicos y se centrará en los refugiados.

El país espera expectante la explicación que brindará el presidente Macron en el transcurso de los próximos días. Una de las controvertidas apuestas es la limitación de ingreso y regularización de los inmigrantes por motivos económicos con la finalidad paralela de acoger a los refugiados y solicitantes de asilo.
Ivette Durán Calderón



Francia limitará la inmigración y se centrará en los refugiados

Así lo ha ratificado el ministro del Interior de Francia, Gérard Collomb, adelantó que se abrirán 1.300 nuevos Centros de Acogida.
Y con ellos, avisó que la nueva ley de inmigración limitará la llegada de inmigrantes por motivos económicos.
“Francia debe acoger a los refugiados, pero no puede acoger a todos los inmigrantes económicos”, sentenció.
“Es imposible acoger dignamente a 185.000 personas al año”, agregó en entrevista a un medio francés.
Según datos de Collomb, en 2017, 100.000 personas han presentado una demanda de asilo y otras 85.000 han intentado entrar, pero no han sido admitidas.
Durante 2015 y 2016, Francia registró una baja tasa de aceptación en la demanda de asilo.
La tasa refleja un refugiado por cada 1.340 habitantes, comparado con países como Alemania (uno cada 141) o Suecia (uno cada 101).
Según el Gobierno, esta nueva ley sobre inmigración busca acoger mejor a los solicitantes de asilo.
No obstante, ha recibido críticas de organizaciones humanitarias por su cariz restrictivo.

El problema francés de los refugiados
Los miles de demandantes de asilo e inmigrantes que duermen al raso en París y en Calais (norte), y las denuncias de violencia policial contra el colectivo son dos de los principales problemas que afronta el Ejecutivo galo.
En un comunicado, Collomb contó que para atajar esta situación seguirá apostando por un nuevo tipo de establecimiento, los CAES, que permiten una “solución de acogida acompañada de un examen rápido de su situación administrativa”, en contraste con los antiguos CAO (Centro de Acogida y Orientación).
El titular de interior detalló que se ampliará la red de 80.000 plazas de acogida en Francia.
“Habrá 7.500 plazas suplementarias en 2018 y 2019”, señaló Collomb.
Precisó que en Calais 400 personas han accedidoal dispositivo CAES y en París 2.800 desde el octubre de 2017.
El propio presidente Macron explicará sus planes el próximo martes en una visita al puerto de Calais.

Fuente: Cambio 16/14/01/18- https://www.cambio16.com/mundo/francia-limitara-la-inmigracion/